Aunque se nos puede acelerar el corazón por varios motivos, a veces esconde una enfermedad más grave
Que se nos acelere el corazón no siempre proviene de una emoción. Si nos ponemos nerviosos por un acontecimiento importante o por un peligro o, por el contrario, estamos experimentando un sentimiento amoroso, puede que notemos descabalgarse los latidos. De hecho, este tipo de situaciones se suele adjetivarse con la palabra taquicárdico, pero este término esconde en realidad una enfermedad que, en algunos casos, puede ser grave.
En este artículo analizamos los síntomas, las posibles causas y el tratamiento de la taquicardia. En primer lugar, definimos como taquicardia al aumento descontrolado de la frecuencia cardiaca. Una subida que puede incluso a llegar a los 400 latidos por minuto (normalmente, el corazón late entre 60 y 100 veces por minuto). Este aumento del ritmo cardiaco hace que el corazón no pueda bombear correctamente la sangre y que ésta no pueda llevar suficiente oxígeno al resto del organismo. El corazón actúa como una bomba que impulsa la circulación sanguínea por el organismo.
Síntomas de la taquicardia
Como ya hemos mencionado, la taquicardia puede deberse a diferentes causas, como alguna emoción fuerte o, incluso, el consumo de bebidas energéticas, alcohólicas o con cafeína. Pero también puede darse por otros motivos, entre los que se encuentran los siguientes: hipertensión arterial, una enfermedad cardiaca o coronaria, infecciones, enfermedades pulmonares, una insuficiencia renal, una tiroides hiperactiva o la diabetes. El estrés, el abuso del alcohol o drogas, además del tabaquismo, son enemigos también de una buena salud del corazón.
Además, algunos medicamentos también pueden provocar alteraciones en el compás de los latidos, sobre todo en personas con corazones más sensibles o con predisposición a sufrir este tipo de arritmias. Es el caso de aquellos que contienen cafeína, así como algunos antibióticos y antidepresivos.
¿Cuáles son las señales de que nuestro corazón no está bombeando correctamente y se está produciendo una taquicardia? Los síntomas, además de las palpitaciones más constantes son la debilidad, los ahogos, el síncope o el desvanecimiento. A menudo puede avisar con un mareo constante e incluso temblor en el pecho.
Esta enfermedad, que es más frecuente en las mujeres (la menopausia también puede propiciarla) que en los hombres, puede darse de forma ocasional, pero también puede ser un síntoma de una enfermedad más grave como la arritmia. En este caso, es necesario acudir a un médico para realizar el correspondiente diagnóstico y tratamiento, que pueden ir desde la medicación hasta cirugía.
La taquicardia puede ser ventricular (en las cámaras inferiores del corazón) o auricular (en las cámaras superiores del corazón) y dependiendo de la patología se administrará un tratamiento u otro. El facultativo también puede pedirnos que hagamos maniobras vagales. Estas consisten en toser, agacharse como si se fuera a evacuar y colocar una compresa de hielo sobre el rostro. De esta forma se puede reducir el ritmo cardíaco.