¿Qué es una inmunodeficiencia?

Las inmunodeficiencias o déficits inmunitarios son enfermedades poco frecuentes. En ellas, las defensas del cuerpo frente a las infecciones funcionan mal. Por eso, hay más infecciones de lo habitual, son más graves, duran más tiempo, responden peor a los medicamentos habituales y las pueden causar gérmenes que suelen ser inofensivos.

¿Qué tipos de inmunodeficiencia existen?

1. Inmunodeficiencias primarias. En ellas, se nace con un defecto en las defensas. Durante los primeros meses el niño puede estar protegido por las defensas que ha recibido de su madre a través de la placenta y cuando lo alimenta al pecho. En función de su gravedad, las infecciones aparecen antes o después. En las menos graves los primeros síntomas pueden aparecer incluso en la edad adulta.

2. Inmunodeficiencias secundarias o adquiridas. En ellas, el fallo se produce tras el nacimiento, La causa es algo que daña las defensas: infecciones como el SIDA, enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades renales, el cáncer y otras enfermedades pueden dañar el sistema inmune. A veces, los tratamientos para estas enfermedades también pueden dañarlo. Por ejemplo, la quimioterapia, la radioterapia, los medicamentos para evitar el rechazo de los trasplantes, y los corticoides cuando se usan a dosis altas y durante mucho tiempo.

¿Cuántas infecciones pueden considerarse normales?

  • En los primeros años de vida, los niños sanos pueden llegar a tener 6-8 infecciones respiratorias de vías altas (IRVA) cada año, hasta 6 episodios al año de otitis media aguda y dos de gastroenteritis aguda.
  • La frecuencia de IRVA es mayor en los niños que van a guardería o cuando sus hermanos lo hacen.
  • La duración de una IRVA puede llegar a dos semanas. Esto, junto a que muchos de estos cuadros se suceden durante los meses más fríos, puede dar lugar a la impresión de que el niño siempre está enfermo.
  • Además, estas infecciones se deben casi siempre a virus y, por tanto, no responden a los antibióticos.

Es por esto (frecuencia, duración y falta de respuesta), por lo que las familias pueden llegar a pensar que esta sucesión de infecciones “normales” en los niños pequeños, se podrían deber a un problema en las defensas.

Otra cosa es pensar que algunos síntomas son siempre causados por infecciones. La tos, los mocos, la fiebre o el dolor no siempre se deben a una infección.

¿Cuándo debo acudir al pediatra?

Lo más probable es que su hijo sea un niño sano, con un sistema de defensas normal pero que esté más expuesto a las infecciones, por ir a la guardería o al colegio en los primeros años de vida, sobre todo en los meses fríos.

Consulte con su pediatra si cree que su hijo tiene más infecciones que los niños de su edad, son más raras o graves de lo habitual, no se recupera bien tras ellas, o afectan a su crecimiento. Consulte también si enferma tras administrarle una vacuna o si hay antecedentes en su familia de enfermedades en las defensas.