Hay costumbres relacionadas con la alimentación, más allá de fumar, beber y el sedentarismo, que pueden ser muy perjudiciales
Cuando pensamos en consejos sobre hábitos que perjudican la salud, lo primero que nos viene a la cabeza es no fumar, evitar tomar alcohol y huir del sedentarismo. Hace muchos años que se sabe.
Lo que no suele tenerse tan presente son conductas que guardan relación con nuestra alimentación que pueden dañar el buen funcionamiento del organismo–especialmente a partir de los 60 años– y que recogemos aquí.
1 No tomar suficiente proteína
Es muy importante comer suficientemente proteína, ya que es el macronutriente responsable de mantener la masa muscular, la fuerza y la salud de los huesos, entre otras funciones. Además, es una buena ayuda para la gente que sigue una dieta de adelgazamiento.
Esta es esencial a cualquier edad, pero a medida que nos vamos haciendo mayores, se va haciendo cada vez más necesaria. A partir de los 60 es cuando empezamos a perder masa muscular y no comer suficiente proteína, podría acelerar su proceso.
Si te preocupa que por incorporar proteínas acabes comiendo demasiada cantidad de carne roja, recuerda que también puedes conseguirlas de otras fuentes, como los huevos, el salmón, el pollo e incluso las legumbres.
2 No beber suficiente agua
Es una costumbre bastante arraigada en la sociedad. Se nos olvida beber agua. Cuanto mayor te haces, menos sensación de sed tienes. Esto eleva el riesgo de deshidratación en determinadas personas, especialmente a partir de los 60.
La cantidad a tomar depende de factores como la actividad física, la salud o el lugar de residencia; por lo que atender a una recomendación generalizada puede ser un error.
3 Comer muy tarde por la noche
Quizás mucha gente no se da cuenta, pero comer a media noche o antes de acostarse puede ser perjudicial para la salud. Es así porque normalmente esos ágapes suelen estar protagonizados por comida basura ultraprocesada, y esto es especialmente problemático. Además, comer más de la cuenta por la noche se asocia al aumento de peso, fluctuaciones del azúcar en sangre y diabetes en población vulnerable.
4 Una dieta muy baja en fibra
Uno de los peores hábitos alimenticios es no comer suficiente fibra en tu dieta diaria, ya que se trata de un nutriente clave en el mantenimiento de una vida sana.
Asegúrate de incluir fibra insoluble para mantener un tránsito intestinal regular, y también de comer fibra soluble para nutrir los microorganismos de tus intestinos, que a su vez son los encargados de absorber los nutrientes, reducir la inflamación intestinal y mejorar tu estado de ánimo.
Puedes encontrar buenas cantidades de fibra en las frutas rojas, la avena, las manzanas, las legumbres y los guisantes, por decir sólo algunos.