El cáncer se refiere a cualquiera de un gran número de enfermedades que se caracterizan por el desarrollo de células anormales que se dividen sin control y tienen la capacidad de infiltrarse y destruir el tejido corporal normal. A menudo, el cáncer tiene la capacidad de propagarse por el cuerpo.

El cáncer es la segunda causa principal de muerte en el mundo. Sin embargo, las tasas de supervivencia están aumentando en muchos tipos de cáncer, gracias a los avances en las pruebas para su detección, los tratamientos y la prevención.

Síntomas

Los signos y síntomas causados por el cáncer varían según la parte del cuerpo afectada.

Algunos signos y síntomas generales asociados con el cáncer, pero no específicos de esta enfermedad, son los siguientes:

  • Fatiga
  • Bulto o zona de engrosamiento que puede palparse debajo de la piel
  • Cambios de peso, como aumentos o pérdidas de peso no intencionales
  • Cambios en la piel, como pigmentación amarillenta, oscurecimiento o enrojecimiento de la piel, llagas que no se curan o cambios en los lunares existentes
  • Cambios en los hábitos de evacuación de la vejiga o los intestinos
  • Tos persistente o dificultad para respirar
  • Dificultad para tragar
  • Ronquera
  • Indigestión persistente o malestar después de comer
  • Dolor muscular o articular persistente, sin causa aparente
  • Fiebre o sudoraciones nocturnas persistentes, sin causa aparente
  • Sangrado o hematomas sin causa aparente

Causas

El cáncer es ocasionado por cambios (mutaciones) en el ADN dentro de las células. El ADN que hay en una célula está dentro de un gran número de genes, cada uno de los cuales contiene un grupo de instrucciones que indica a la célula qué funciones realizar, y cómo crecer y dividirse. Los errores en las instrucciones pueden provocar que la célula detenga su función normal y se convierta en una célula cancerosa.

Complicaciones

El cáncer y su tratamiento pueden causar varias complicaciones, incluidas las siguientes:

  • Dolor. El dolor puede deberse al cáncer o al tratamiento oncológico, aunque no todos los tipos de cáncer son dolorosos. Los medicamentos y otros métodos pueden tratar con eficacia el dolor relacionado con el cáncer.
  • Fatiga. En las personas con cáncer, la fatiga tiene muchas causas, pero a menudo puede controlarse. La fatiga relacionada con los tratamientos de quimioterapia o radioterapia es común, pero, por lo general, también temporal.
  • Dificultad para respirar. El cáncer o el tratamiento oncológico pueden causar una sensación de falta de aire. Esta sensación se puede aliviar con tratamientos.
  • Náuseas. Ciertos tipos de cáncer y tratamientos oncológicos pueden causar náuseas. A veces, el médico puede predecir si es probable que el tratamiento cause náuseas. Los medicamentos y otros tratamientos pueden ayudar a prevenir o disminuir las náuseas.
  • Diarrea o estreñimiento. El cáncer y el tratamiento oncológico pueden afectar los intestinos y causar diarrea o estreñimiento.
  • Pérdida de peso. El cáncer y el tratamiento oncológico pueden provocar la pérdida de peso. El cáncer les quita alimento a las células normales y las priva de nutrientes. Por lo general, esto no se ve afectado por la cantidad de calorías o el tipo de alimentos que se ingiere, y es difícil de tratar. En la mayoría de los casos, la nutrición artificial mediante sondas que se insertan en el estómago o en una vena no ayuda a mejorar la pérdida de peso.
  • Cambios químicos en el cuerpo. El cáncer puede desestabilizar el equilibrio químico normal del cuerpo y aumentar el riesgo de sufrir complicaciones graves. Los signos y síntomas de los desequilibrios químicos pueden incluir sed excesiva, micción frecuente, estreñimiento y confusión.
  • Problemas cerebrales y del sistema nervioso. El cáncer puede ejercer presión sobre nervios cercanos y causar dolor y pérdida de las funciones de una parte del cuerpo. El cáncer que afecta el cerebro puede causar dolores de cabeza y signos y síntomas similares a los de un accidente cerebrovascular, como debilidad de un lado del cuerpo.
  • Reacciones inusuales del sistema inmunitario al cáncer. En algunos casos, el sistema inmunitario del cuerpo puede reaccionar a la presencia de cáncer atacando células sanas. Estas reacciones muy poco frecuentes, llamadas síndrome paraneoplásico, pueden dar lugar a una variedad de signos y síntomas, como dificultad para caminar y convulsiones.
  • Cáncer que se propaga. A medida que el cáncer avanza, se puede propagar (metastatizar) a otras partes del cuerpo. El lugar de propagación del cáncer depende del tipo de cáncer.
  • Cáncer que regresa. Las personas que sobreviven al cáncer tienen un riesgo de recurrencia. Algunos tipos de cáncer son más propensos a recurrir que otros. Habla con el médico sobre lo que puedes hacer para reducir el riesgo de recurrencia del cáncer. Es posible que el médico diseñe un plan de atención de seguimiento para ti después del tratamiento. Este plan puede consistir en exploraciones y exámenes periódicos durante los meses y años posteriores al tratamiento, a fin de detectar la recurrencia del cáncer.

Prevención

Los médicos han identificado varias maneras de reducir el riesgo de padecer cáncer, como las siguientes:

  • Dejar de fumar. Si fumas, deja de hacerlo. Si no fumas, no empieces a hacerlo ahora. Fumar está relacionado con distintos tipos de cáncer, no únicamente con el cáncer de pulmón. Dejarlo ahora reducirá el riesgo de padecer cáncer en el futuro.
  • Evitar la exposición excesiva al sol. Los rayos ultravioleta (UV) perjudiciales del sol pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel. Limita tu exposición al sol quedándote en la sombra, usando ropa de protección y aplicándote protector solar.
  • Seguir una dieta saludable. Elige una dieta rica en frutas y verduras. Selecciona cereales integrales y proteínas magras. Limita el consumo de carnes procesadas.
  • Hacer ejercicio la mayoría de los días de la semana. El ejercicio regular está relacionado con un bajo riesgo de cáncer. Intenta hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio la mayoría de los días de la semana. Si no has estado realizando ejercicios con frecuencia, comienza de a poco y aumenta progresivamente hasta llegar a los 30 minutos o más.
  • Mantener un peso saludable. Tener sobrepeso u obesidad incrementa el riesgo de padecer cáncer. Intenta lograr y mantener un peso saludable mediante una combinación de alimentación saludable y ejercicio regular.
  • Beber alcohol con moderación, en caso de que bebas. Si eliges beber alcohol, hazlo con moderación. En los adultos saludables, beber con moderación significa una copa al día en el caso de las mujeres y hasta dos copas al día en el caso de los hombres.
  • Programar exámenes para detección de cáncer. Habla con el médico acerca de qué tipos de exámenes para detección de cáncer son los más adecuados para ti en función de tus factores de riesgo.
  • Consultar con el médico sobre las vacunas. Algunos virus aumentan el riesgo de padecer cáncer. Algunas vacunas pueden ayudar a prevenir esos virus, incluido el que causa la hepatitis B, que aumenta el riesgo de cáncer de hígado, y el virus del papiloma humano, que aumenta el riesgo de cáncer cervical y de otros tipos de cáncer. Consulta con el médico si las vacunas contra estos virus son adecuadas para ti.

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