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La piel tiene memoria y la radiación de los rayos ultravioleta que recibe con los años se acumula.

En solo cuatro años la incidencia del cáncer de piel se duplicó en Colombia al pasar de 23 por 100.000 habitantes a 41 de acuerdo con el último estudio del Ministerio de Salud y Protección.

En Estados Unidos, en las últimas tres décadas más gente tuvo estas clases de cáncer que por todos los demás tipos combinados.

La Organización Mundial de la Salud estima que cada año se presentan de dos a tres millones de cánceres de piel no melanoma y 132.000 melanomas.

El culpable: en casi todos, la excesiva exposición a los rayos ultravioleta, en gran medida por bronceado.

No resulta extraño entonces que el mercado mundial de bloqueadores solares se haya tasado en 5.600 millones de dólares en 2013, de acuerdo con The Statistics Portal.

En Cell Reports, científicos de Boston revelaron haber desarrollado una clase de pequeñas moléculas que penetran con éxito la piel y la oscurecen ligeramente.

Esto, según ensayos con muestras de piel humana y en vivo con ratones de pelo rojo, que ganaron protección.

Este tipo de color es más susceptible al cáncer de piel. La molécula funciona con la estimulación de células para que produzcan más pigmentos absorbentes de la radiación UV.

De todas maneras, se requerirán más pruebas en humanos para comprobar su plena seguridad y verificar sus beneficios.

Ya en 2006, científicos publicaron en Nature un compuesto, forskolina, que protegía contra el cáncer en ratones con pelo rojo, pero luego se encontró que no obraba en la piel humana.

Como los humanos tenemos poco pelo en comparación con otros mamíferos, su piel debe fortalecerse para enfrentar una serie de amenazas ambientales como la radiación ultravioleta, las temperaturas frías y el agua sucia.

David Fisher, jefe de Dermatología en el Hospital General de Massachusetts, y cabeza del nuevo estudio, también lideró el de la forskolina.

Expresó que “10 años después hemos encontrado una solución. Son unas clases diferentes de compuestos, que trabajan enfocándose en una enzima diferente que converge en el mismo camino que lleva a la pigmentación”.

En este hallazgo hubo trabajo colaborativo con el químico Nathanael S. Gray, del Instituto del Cáncer Dana-Farber.

Diseñaron un tipo de moléculas que tienen varias propiedades para ayudarles a penetrar la piel humana, como peso molecular menor y mayor solubilidad en lípidos. Tras examinar varios candidatos, la nueva clase de moléculas es capaz de oscurecer la piel al inhibir las enzimas SIK, estimulando por lo tanto los genes que inducen la pigmentación.

En piel mantenida en laboratorio, la aplicación tópica la oscureció en forma proporcional a la dosis y el horario de aplicación.

Ese bronceado artificial persistió por varios días. El color se desvanece con el tiempo a medida que las células de la piel se caen y esta retoma su color original en una semana más o menos.

En ratones brindó protección efectiva.

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