Los síntomas del cáncer de ovario aparecen cuando la enfermedad tiene un estado avanzado, por lo que las revisiones ginecológicas son vitales.
El cáncer de ovarios es un crecimiento incontrolado de algunas de las células que forman parte de los ovarios. Las células se multiplican rápidamente y pueden invadir y destruir tejidos sanos del cuerpo.
La mayoría de los cánceres de ovario se diagnostican por encima de los 45 años, siendo la edad media de diagnóstico entre los 61 y los 63 años. En los estadios iniciales es poco frecuente que vuelva a repetirse.
Síntomas del cáncer de ovarios
Bajo el epígrafe cáncer de ovario se agrupan en la actualidad los tumores epiteliales del ovario, de las trompas de Falopio o del peritoneo, por su similitud de presentación y abordaje terapéutico.
Los signos o síntomas de los tumores los ovarios en estadios precoces son infrecuentes y, en general, aparecen cuando el tumor se encuentra ya en estadio avanzado.
Los signos y síntomas más comunes son:
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Dolor, inflamación, distensión en el abdomen o la pelvis.
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Orinar con urgencia o frecuencia.
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Dificultad para comer.
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Problemas gastrointestinales como flatulencia, meteorismo o estreñimiento.
Para la detección precoz lo más recomendable es realizar revisiones ginecológicas rutinarias y acudir sin dilación al ginecólogo si en el intervalo entre visitas se presentan los síntomas descritos más arriba.
Tratamiento
Tras la valoración médica inicial, incluyendo examen físico y antecedentes y examen pélvico, que habitualmente conducen a la sospecha diagnóstica, el estudio se completa con analítica general que incorpora la determinación del marcador CA-125, ecografía (pélvica o transvaginal) y Tomografía computarizada (TAC) o Tomografía por emisión de positrones (PET por sus siglas en inglés). Después se procede a la biopsia, que confirmará el diagnóstico. Con estas pruebas se obtienen el diagnóstico preciso y la extensión de la enfermedad.
En tumores precoces y poco agresivos puede considerarse la cirugía sola. La cirugía incluye histerectomía o extirpación del útero, salpingooforectomía bilateral o extirpación de las trompas y los ovarios de ambos lados, y omentectomía o extirpación del omento.
Durante la cirugía se explora y biopsia la superficie inferior del diafragma y también se llevan a cabo biopsias del peritoneo pélvico y abdominal, y biopsias de los ganglios linfáticos pélvicos y paraórticos. Finalmente, se obtienen lavados peritoneales.
En la gran mayoría de los casos, las pacientes precisan administración de quimioterapia tras la intervención para aumentar las posibilidades de curación.
El tratamiento del cáncer de ovario en las mujeres habitualmente tiene una duración de unos 6 meses. En algunos casos con características genéticas peculiares, tras finalizar la quimioterapia se administran como mantenimiento fármacos denominados inhibidores de PARP, por su efecto de aumento de curaciones y/o prolongación de la supervivencia y se mantienen durante al menos 2 años.