La hipertensión arterial se produce cuando los vasos sanguíneos sufren una tensión elevada persistente. Cuanto más alta es la tensión, más dificultad tiene el corazón para bombear. La hipertensión afecta a 1 de cada 3 personas adultas, generalmente no da síntomas y, si no se diagnostica y no se trata, puede provocar complicaciones graves como el infarto, el accidente cerebrovascular (ACV) o la necesidad de diálisis por daño renal y otras dolencias.
Se estima que en la actualidad la hipertensión arterial afecta a entre el 25 y el 30% de la población mundial. Los datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indican que en América Latina y el Caribe entre el 20% y el 40% de los adultos padece esta enfermedad, lo que representa unas 250 millones de personas. Cada año cerca de 1,6 millones de latinoamericanos mueren por estas enfermedades. Aún así, las tasas de control son inaceptablemente bajas.
Las situaciones que general altos niveles de estrés pueden tener como consecuencia un aumento temporal de la presión arterial. En el marco del Día Mundial de la Hipertensión Arterial, que se conmemora el 17 de mayo, es importante detectar las posibles causas y desencadenantes de la patología.
“Ante una reacción estresante, el cuerpo produce una elevación de ciertas hormonas. Estas hormonas aumentan temporalmente la presión arterial, producen taquicardia y generan que los vasos sanguíneos se estrechen”, señaló Miguel Schiavone, jefe de Hipertensión Arterial del servicio de Cardiología del Hospital Británico.
Si bien no aún no hay evidencia científica que el estrés por sí solo cause hipertensión arterial a largo plazo, lo que sí se ha demostrado es que el estrés genera hábitos poco saludables que pueden derivar en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.
“Muchas personas buscan canalizar el estrés a través de hábitos nocivos como fumar, aumentar la ingesta de bebidas alcohólicas, aumentar la ingesta de grasas y comidas con sal. El estrés, en muchos casos, se ve asociado a estados de ansiedad, depresión y aislamiento social, lo que en general lleva a una disminución de la actividad física y los momentos de recreación. Todo esto deriva, a largo plazo, en un aumento de la presión arterial de forma sostenida”, detalló el especialista del Hospital Británico.
Consejos para controlar el estrés y prevenir la hipertensión
– Simplificar la agenda: la descarga adrenalínica producida genera palpitaciones o aumento de la presión arterial. Por ello, si se siente apurado, lo recomendable es tomarse unos minutos para revisar la lista de tareas y comenzar a priorizar las realmente importantes.
– Respirar para relajarse: hacer respiraciones profundas y lentas puede ayudar a disminuir el estrés, disminuir las palpitaciones y la presión arterial.
– Hacer actividad física: el ejercicio es una forma natural de combatir el estrés. Yoga, reiki, meditación o mindfulness son técnicas que fortalecen el cuerpo y ayudan a relajarse. Asimismo, pueden reducir la presión arterial sistólica en 5 milímetros de mercurio (mm Hg) o más.
– Dormir bien: la falta de sueño puede hacer que los problemas parezcan peores de lo que realmente son y, por otro lado, un correcto descanso permite al cuerpo metabolizar situaciones vividas durante el día.
– Cambiar la perspectiva de los problemas: reconocer los sentimientos acerca de la situación vivida y luego concentrarse en encontrar soluciones.
“Estos consejos no son mutuamente excluyentes y cada persona deberá evaluar cuál es la mejor solución en su caso. Lo importante es que cada persona elija la estrategia que más le guste y que la ponga en práctica”, concluyó el jefe de Hipertensión Arterial del servicio de Cardiología del Hospital Británico.
La hipertensión arterial es una enfermedad que suele ser silenciosa porque generalmente no presenta síntomas, por eso muchas de las personas hipertensas no saben de su condición. Ante ese escenario, es fundamental monitorear los niveles de presión arterial, ya sea con un dispositivo doméstico validado o en la consulta al médico.
La mayoría de las personas hipertensas no saben de su condición, lo que demora el tratamiento y aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Por eso es fundamental seguir estos consejos, y controlar la presión arterial.