Pasar muchas horas sentado aumenta la probabilidad de padecer diabetes o enfermedades cardiovasculares. Un experto en biomecánica opina que «estar sentado no es sano» y explica cómo sentarse bien para evitar problemas
Horas y horas sentados, encorvados sobre el teclado, con las piernas entumecidas y la espalda dolorida.
¿Le suena? Muchos trabajadores se pasan por lo menos la tercera parte del día delante de un ordenador. O en un escritorio. Pero aparte de estas incomodidades, sentarse mal, o simplemente permanecer sentado durante horas, puede provocar problemas de salud que van desde las varices a la diabetes.
«Estar sentado no es natural, no «estamos hechos» para eso», sentencia Miguel López, director de salud laboral del Instituto de Biomecánica de Valencia. «La forma de «cuatro», con las articulaciones a 90 grados, no es compatible con la estructura de huesos, músculos y ligamentos».
A diferencia de los otros simios, cuya columna tiene forma de «C», el ser humano tiene una columna vertebral con forma de «S», «para adaptarse a la posición erguida», explica Miguel López.
Pero cuando una persona se sienta, la parte baja de la «S» se aplana. En consecuencia, aumenta la presión sobre los discos que están colocados entre las vértebras para amortiguar el movimiento y el peso. Y al final pueden aparecer dolores musculares en la zona ( lumbalgia) y hernias discales.
Moverse es sano
«Pero si das un paseo y te levantas, esto presión se relaja y el disco se recupera», continúa López. Según explica, el único modo de evitar los problemas derivados de estar mucho tiempo sentado es cambiar de postura, levantarse y dar un pequeño paseo «para coger una fotocopia o tomarse un café». El ejercicio físico, en especial la natación, puede además fortalecer la espalda y otros muchos músculos a cambio de poco impacto sobre las articulaciones.
De lo contrario, gestos tan cotidianos como estar sentado, manejar el ratón, escribir en un teclado o mandar un mensaje son capaces de provocar dolores y problemas que pueden incapacitar a una persona. Y la razón es que, según dice, los movimientos repetitivos son el origen de muchas de estas dolencias, puesto que sobrecargan unas articulaciones, músculos y ligamentos más que otros. Como es el caso de los lumbares, los trapecios y el cuello.
Sentarse derecho
Además de moverse de vez en cuando y hacer ejercicio durante el tiempo libre, es buena idea ser fiel a la sabiduría popular de las madres y «sentarse bien». Es decir, «con los pies apoyados firmemente en el suelo, con la espalda apoyada en la silla, en especial a la altura de la zona lumbar, y con los brazos pegados al cuerpo y apoyados en los resoposabrazos». También es importante saber sentarse y levantarse corrrectamente.
En España existe una la ley de prevención de riesgos laborales para proteger a las personas que están mucho tiempo sentadas. Esta ley establece que las personas que pasan más de cuatro horas al día o más de 20 a la semana frente a un ordenador deben contar con una silla con un respaldo regulable en altura y un puesto de trabajo de unas ciertas dimensiones.
Sin embargo, aunque en muchos casos se proporciona el material adecuado, en generalni la empresa ni el trabajador se preocupan de utilizarlo correctamente, según Miguel López, por una falta de conciencia. Según dice, conoce muchos casos de trabajadores que jamás han regulado sus sillas.
Quizás una alternativa sean las sillas altas para estar semi-sentado y evitar daños sobre la espalda, con la contrapartida de sobrecargar más las piernas.
Varices, diabetes y músculos débiles
Los riesgos de estar mucho tiempo sentados no se limitan a los dolores musculares o a las hernias discales. Estar sentado muchas horas de forma habitual se puede relacionar con el aumento de la presión sanguínea, del colesterol, la aparición de enfermedades cardiovasculares, la diabetes e incluso el cáncer de colon.
La circulación sanguínea en las piernas empeora, y aumenta el riesgo de padecer varices, tobillos hinchados o trombosis. Por otro lado, los huesos se debilitan, ya que caminar y correr estimulan su crecimiento en grosor, y los glúteos y los músculos de las caderas se debilitan.