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San Antonio, Tx.- Desde que los cigarrillos electrónicos llegaron por primera vez al mercado en el año 2007, los fabricantes de tabaco han estado promocionando sus productos de vapeo como una alternativa segura a los cigarrillos tradicionales.
En lugar de producir humo de tabaco, los cigarrillos electrónicos calientan un líquido o el jugo de vapeo, en un aerosol que contiene nicotina, saborizantes y otras sustancias que los usuarios inhalan o vapean.
Aunque los cigarrillos electrónicos no contienen tantas toxinas como los cigarrillos convencionales, el vapeo no está exento de riesgos. En Estados Unidos, más de 10 millones de adultos (https://annals.org/aim/article-abstract/2698112/prevalence-distribution-e-cigarette-use-among-u-s-adults-behavioral) usan cigarrillos electrónicos.
Investigadores de la Escuela de Farmacología de la Universidad de Texas en El Paso advierten que los cigarrillos electrónicos pueden ocasionar potencialmente graves problemas cardíacos.
«Todos sabemos que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en los Estados Unidos. Y que fumar es perjudicial para la salud cardiovascular», dijo la doctora Fatima Z. Alshbool, profesora asistente de Farmacología.
Alshbool fue la investigadora principal en un estudio de la Asociación Americana del Corazón que descubrió que el vapeo causa coágulos de sangre en los ratones. Ella colaboró con el doctor Fadi Khasawneh, profesor asociado y catedrático de Ciencias Farmacéuticas, en el estudio en el 2018.
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TóXICOS Y LETALES
«Las personas que buscan una manera de dejar de fumar piensan que los cigarrillos electrónicos podrían ser más seguros que los cigarrillos normales», dijo Alshbool. «Piensan que los cigarrillos electrónicos están libres de emisiones, pero la investigación muestra que los cigarrillos electrónicos emiten una cantidad considerable de tóxicos».
Desde que se casaron en 2008, Alshbool y Khasawneh extendieron su compromiso mutuo hacia su investigación. Ellos quieren crear conciencia sobre las enfermedades del corazón a través de su investigación. La pareja se unió a UTEP en el 2016.
Ambos investigadores crecieron en el Medio Oriente, donde fumar era algo común en restaurantes, tiendas y en sus hogares. Todos perdieron familiares por enfermedades relacionadas con el fumar, lo que dio pie a su interés mutuo en la salud del corazón.
«Tengo familiares que desarrollaron embolias y ataques cardíacos», dijo Alshbool.
Al igual que en su relación personal, Alshbool y Khasawneh contribuyen con sus propias perspectivas y talentos para mejorar sus colaboraciones científicas.
Aunque se centran en las enfermedades cardiovasculares y la seguridad, cada uno de ellos se especializa en diferentes áreas: la investigación de Alshbool se basa en los efectos del vapor del cigarrillo electrónico en la salud, y Khasawneh está estudiando el impacto del humo de terceros, que es el residuo del humo del tabaco.
Ellos esperan que sus estudios conduzcan a nuevas terapias con medicamentos que puedan atender ciertas formas de enfermedades cardiovasculares como la trombosis o coágulos de sangre.
«Esperamos educar al público e influir en la política, y también encontrar mejores terapias para tratar los trastornos trombóticos dependientes del tabaco», dijo Khasawneh.
Un particular interés es cómo los factores ambientales, como el vapeo y el humo de terceros, afectan la función plaquetaria.
Las plaquetas son células sanguíneas en el plasma que ayudan al cuerpo a formar coágulos para detener el sangrado. Algunas afecciones hacen que las plaquetas sean hiperactivas, lo que provoca la formación de coágulos sanguíneos y aumenta el riesgo de llegar a sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral.
El estudio de Alshbool (https://www.heart.org/en/news/2018/07/20/vaping-leads-to-blood-clots-in-mice) encontró que las plaquetas en ratones expuestos a vapores de cigarrillos electrónicos durante cinco días se volvieron hiperactivas, lo que causó la formación de coágulos de sangre.
Si bien el estudio planteó ciertas inquietudes en torno al riesgo del uso de los cigarrillos electrónicos en humanos, Alshbool hizo hincapié en que los investigadores deben realizar más estudios para comprender mejor las consecuencias que el vapeo acarrea hacia la salud, especialmente en adolescentes cuyos cerebros en desarrollo son sensibles a los efectos negativos de la nicotina.
«No sabemos si vapear es más dañino o menos dañino que fumar, pero al menos ahora sabemos que no es seguro», dijo Alshbool. Ella está en la etapa preliminar de traducir el estudio a los humanos.
En 2015, Alshbool y Khasawneh se encontraban entre el primer grupo de investigadores en demostrar que el humo de tercera mano podría causar coágulos de sangre.
El humo de tercera mano es el residuo químico que queda en las superficies donde se ha fumado, como pisos, muebles y ropa. Es especialmente dañino para los niños que inhalan o ingieren el residuo cuando se arrastran en las alfombras o juegan en los muebles.
«El proceso de envejecimiento químico que sufren los tóxicos del tabaco hace que el humo de terceros sea más tóxico», dijo Khasawneh. «Estas partículas pueden permanecer en el medio ambiente durante meses o años e incluso en el sistema sanguíneo durante meses y años. Los marcadores del tabaco o del fumar se detectan en la sangre de personas que nunca fumaron o nunca estuvieron cerca de alguien que fumó», afirma.
En agosto de 2018, el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental otorgó a Khasawneh una subvención de $415 mil 250 dólares para examinar los efectos del humo de tercera mano en la salud cardiovascular de los niños en el útero. Alshbool será el coinvestigador principal.
VAPEO MORTAL
La pareja también continuará su trabajo con una subvención de la Asociación Americana del Corazón que Khasawneh recibió en julio del 2018 para investigar nuevas terapias para tratar derrames cerebrales y ataques cardíacos causados por una proteína dentro de las plaquetas de las células sanguíneas.
Alshbool dijo que espera que su investigación haga que la gente piense dos veces antes de encender un cigarrillo. A ella le preocupan especialmente los adolescentes que vapean y la posibilidad de que el vapeo los conduzca a fumar. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades ( https://www.fda.gov/NewsEvents/Newsroom/PressAnnouncements/ucm625917.htm) informan que el uso de los cigarrillos electrónicos por parte de estudiantes de secundaria se disparó en un 78 por ciento del 2017 al 2018.
«Con los cigarrillos electrónicos, nos encontramos con dos problemas», dijo Alshbool. «Uno es el doble uso. Algunas personas usan cigarrillos electrónicos y aún fuman. El otro problema es con los adolescentes que nunca han fumado antes. Se crea una nueva generación de consumidores de tabaco».
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